El grupo cántabro de música andina, fundado en el año 1976, se reúne para ofrecer cinco conciertos en los próximos días
JESÚS SERRERA/SANTANDER
El Diario Montañés
Guitarras, bombo y flautas andinas. Colibrí nos invita a una fiesta para celebrar treinta años de pasión por la música de los Andes en cinco conciertos que se inician mañana, jueves.
Colibrí se fundó en 1976, casi en los primeros tiempos del 'boom' del folklore sudamericano que llegó a Europa, y a España, de la mano de muchos grupos y solistas que huían de la dictadura y la represión en el Cono Sur. Quilapayún, Inti-Illimani, Calchakis, Mercedes Sosa, Alfredo Zitarrosa...trajeron los ritmos del altiplano y de la pampa, el compromiso político y la memoria de Víctor Jara y de tantos otros muertos y desaparecidos. Hasta entonces, las únicas referencias del folklore del subcontinente eran unos pocos intérpretes tradicionales como Los Chalchaleros, Jorge Cafrune y José Larralde, y en menor grado de conocimiento popular, la Cantata de Santa María de Iquique y la Misa Criolla de Ariel Ramírez, Eduardo Falú y Los Fronterizos.
La música andina impactó de lleno en Paco, Julio, 'Zuro' y Rodolfo, amigos y compañeros en el Colegio Kostka desde los diez años, que se consolidan como grupo en la antigua Facultad de Peritos de Santander. Tiempos de aprendizaje y perfeccionamiento de los instrumentos andinos, tan complicados y tan difíciles de conseguir en aquellos tiempos, y de cabeza a los escenarios: el Auditórium, donde ganaron un primer premio, multitud de certámenes de folk en Cantabria y otras regiones, y actuaciones en televisión.
Colibrí, que precedió en el ámbito del folklore a grupos como Luétiga y Atlántica, se mantuvo en activo casi 15 años.
Paréntesis y disco
Las ocupaciones profesionales de cada uno y el cambio de residencia de Julio y Rodolfo del conjunto impidió la continuidad en los escenarios desde finales del año 1989, cuando el género folklórico latinoamericano ya había iniciado su declive de popularidad, pero el paréntesis musical no deterioró la profunda amistad de los cuatro miembros del grupo. Volvieron a reunirse en el 96 para conmemorar el vigésimo aniversario de Colibrí con la grabación del disco compacto 'Llanura Nazca', que toma el nombre de la región del Perú donde se aloja una misteriosa cultura prehispánica.
Fue un disco muy de 'laboratorio'. Ahora el reto es mayor: volver a subirse al escenario y estar a la altura de su prestigio musical.La idea surgió en las Navidades pasadas cuando se propusieron conmemorar el 30 aniversario con una serie de conciertos en verano.
Un espectáculo potente
Desde entonces han ensayado en días libres y fines de semana y ahora en agosto, los cuatro de vacaciones, han intensificado el trabajo en la cuerda, el viento y la percusión para preparar un repertorio con dos docenas de temas, una hora y cuarto de actuación que veremos en Orejo, Torrelavega, Camargo, Santander y Güemes durante los próximos días. «Estamos sudando la gota gorda en los ensayos pero vamos a ofrecer un espectáculo muy potente», promete Colibrí.
miércoles, agosto 23, 2006
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